jueves, 31 de diciembre de 2009

The Hudsucker Proxy

Es el título original de una película de los hermanos Cohen que en España se tituló “El gran salto” (al menos el treinta y tres por ciento está bien traducido).

Ha sido un salto largo el de este año. Hace poco más de doce meses me fui a Chennai, añadí un par de entradas nuevas desde entonces, y nada más hasta ahora. Y, la verdad, creo que no ha habido demasiadas cosas que contar. En realidad sí, ha habido bastantes, pero las buenas han sido pocas, y las malas no me han encontrado con ánimos de explicároslas de un modo entretenido. En lo que a mí respecta estoy bien, gracias, pero es lo que me rodea lo que no me gusta: las cosas están raras en Altrucel, ha habido más separaciones entre mis amigos, ha habido problemas entre mis amigos y me han pillado todos en medio (poniendo a prueba lo que Fungi llamó en su día mi “complejo de súper-héroe”)... Estoy convencido de que esta sensación de “no me va mal, pero tampoco me va bien” tiene mucho que ver con el fin de año, así que no voy a insistir en esto. En su lugar, os deseo a quienes leáis esto un feliz año 2010, y que las cosas nos vayan a todos cada vez mejor.

Y, para despedir esta entrada, os dejo una de las secuencias que más me gustan de, precisamente, “The Hudsucker Proxy” (tengo que comprobarlo, pero me parece que ésta en concreto la había dirigido Sam Raimi). Porque es, ya sabéis, “para críos”:



sábado, 14 de febrero de 2009

It's a long way to Delhi

Y tan largo (que se lo pregunten a Indy)...

La última vez que escribí por aquí fue hace unos dos meses. En ese tiempo fui, vi y vencí, y no regresé con más información que las pocas fotos que pude sacar desde el coche de empresa entre el hotel y el edificio de Altrucel. ¿Qué más puedo contar de nuestra estancia allí? Nada nuevo, la verdad, salvo que aprendí a disfrutar de la comida local (no demasiado que ver con la que te sirven en los restaurantes indios de por aquí), me acabé acostumbrando a comer sin cubiertos, pero no a su acento al hablar en inglés.

Me gustaría volver, pero no lo hicimos mal del todo, parece que dejamos en funcionamiento sus equipos, y no ha hecho falta regresar para ayudar con nada más. Eso sí, si no he entendido mal, la semana próxima vendrán un par de ellos, aunque no estaré para atenderles porque me encuentro de vacaciones (siete días acumulados del año pasado, que no son pocos).

Y, en estos dos meses, no ha habido demasiados cambios, casi todo permanece igual para mí. Las Navidades estuvieron bien, y creo que me ayudaron a cerrar algunos asuntos personales que arrastraba en segundo plano por mi cabeza. Por otra parte, desde que volví de las fiestas, en Altrucel somos menos gente en mi proyecto y más trabajo para los que quedamos, así que de repente me he vuelto un poco importante, aunque tampoco demasiado. Además, a lo largo de lo poco que llevamos de año se han producido una serie de casualidades que me hacen esperar grandes cosas para los próximos meses. Veremos.

Si, vale, me has pillado, no tenía nada que contar y, a pesar de todo, he rellenado tres párrafos. Mira, ignóralos, no pasa nada: la intención era no añadir una próxima entrada sin explicar por encima qué ha pasado desde la última vez. Intentaré que la próxima sea divertida.

Lo prometo.