martes, 23 de septiembre de 2008

It's a kind of magic

No hace ni diez días que se ha casado mi hermana, y me toca hablar de nuevo de otra boda. Aunque, para ser sinceros, aún le quedan un par de días al principal afectado.

Jules se casa el día 27 de este mes, y allí estaremos, como cronista (poco) y comensal (lo que se pueda). De momento hemos hecho los deberes, y llegarán al altar (novio y novia) con sus despedidas de solteros bien cumplidas.

El viernes pasado acudimos los amigos del novio a tomar unas cervezas... y vestirlo de colegial; o, al menos, una versión retorcida de lo que sería un colegial: pantalones cortos, tirantes (of course), gafas de empollón de plástico (las gafas, no el empollón), colorete, pecas... el equipo completo.

Mientras, las amigas de la novia, más moderadas, se reunieron con ella para tomar sangría... y vestirla de colegiala. En la descripción anterior sustituid pantalones por falda, gafas por coletas, eliminad los tirantes, y os podréis hacer una idea de cómo quedó ella.

Nosotros no tuvimos que imaginar nada, porque en un momento dado de la noche nos reunimos, juntando ambas despedidas (¿para qué separarse pudiendo pasarlo bien todos juntos?), y tras la cena (menú infantil para ellos) acudimos a un espectáculo de magia en la sala Houdini.

Impresionante.

En este siglo XXI en el que estamos, en que "creerá que un hombre puede volar", aún han sido capaces de sorprendernos. Sí, palomas que salen de la nada para convertirse luego en conejos; escapismo de salón; naipes que van y vienen... Dos horas que se nos pasaron volando. Merece la pena, efectos digitales en su estado puro, pues son los propios dedos los que se encargan de ellos. Además, que a Jules le dijeron lo de "duérmete", y casi se va al suelo... No llegaron a hipnotizarlo (ni a los otros dos con los que el mago lo intentó), pero sí que les vimos cerrar los ojos y balancearse hacia adelante, sin poder evitarlo.

El resto de la noche también bien: yo llegué a las siete y media de la mañana a casa, y aún estoy recuperando sueño del fin de semana.

Y, por supuesto, me ronda por la cabeza la idea de apuntarme a los cursos que uno de los magos imparte los miércoles. Sobre todo por lo de dormir a la gente. Es algo que consigo de forma natural, pero no con tanto estilazo.

(Por cierto, sí, hay fotos de los novios en tales vestimentas: jamás serán presidentes, ni de su comunidad de vecinos).

lunes, 15 de septiembre de 2008

Love is in the air

Si la entrada anterior fue breve, ésta os va a encantar.

El fin de semana he estado perdido en combate, porque Hermana Deincógnito y su novio (Cuñado de Deincógnito, claro, no podía ser de otro modo) se han casado.

OS DESEO MUCHA FELICIDAD, PAREJA.

jueves, 11 de septiembre de 2008

What's in a name?

Hoy voy a escribir algo que me ha contado ElHombreDelPlan, y que es algo que me ha hecho bastante ilusión, la verdad.

Hace unos meses le acompañé a él y a su familia a Ciudad Rodrigo (quien quiera puede repasar algo de lo sucedido aquí). Durante aquellos días conocí a sus tíos, a sus primos, y a la hija pequeña de estos últimos, una niña muy inteligente, imaginativa y divertida, con la que estuve jugando parte de una tarde.

Pues bien, esta niña acaba de tener un hermano, y le han dejado a ella que decidiera cómo iba a llamarse. Y les ha propuesto mi nombre, precisamente por mí. ¿Os he dicho ya lo inteligente, imaginativa, divertida y majísima que es esta pequeñuela? Y eso que no la he sobornado ni nada parecido, ni la he vuelto a ver desde entonces.

Supongo que algo debo de estar haciendo bien…

martes, 9 de septiembre de 2008

Solo en casa

Esta entrada será breve, es sólo para desearle a Fungi mucha suerte (y toda de la buena) en su nueva vida, y para que vea que no le guardo rencor por abandonarme de este modo ahora que he vuelto de vacaciones.

Pues sí, Fungi se ha ido a su flamante nuevo piso, así que el que esto escribe vuelve a quedarse solo, solito, solo. ¿Ves, Fungi? "Nadie me quiere, nadie se preocupa por mí".

Pero tenemos que seguir trabajando en nuestros proyectos conjuntos, como ese lenguaje de batalla particular (último término añadido: "aura de inocuidad").

martes, 2 de septiembre de 2008

¿Conoces a Ted?

Esta entrada es, en realidad, una corrección sobre otra escrita hace un par de meses (me refiero a ésta, así que si pulsas sobre este enlace sabrás a cuál me refiero exactamente).

En aquella ocasión no fui totalmente sincero. Lo cual no es más que otro modo de decir que omití la verdad, o al menos parte de ella. Fungi y yo no nos perdimos.

Llegó ese momento de la noche en que ElHombreDelPlan y MoroccoGirl (a quien no le gusta su nombre de guerra; se aceptan sugerencias) avanzaban unos cinco metros por delante de Fungi y yo. Llegó ese momento de la noche en que los tres tequilas y un número no bien recordado de cervezas se combinaron con la idea de aplicar el juego “¿Conoces a Ted?” en la vida real. Y, si alguien no conoce las reglas de este entretenimiento, que tenga paciencia y siga leyendo.

Existe una serie de televisión titulada “Cómo conocí a vuestra madre” (también mencionada en aquella entrada, por si no has usado el enlace de más arriba). En ella aparecen dos personajes llamados Ted y Barney. Ted no tiene novia, al menos en el momento en que comienza la serie, y Barney se entretiene introduciendo el caos en su vida (por supuesto, son grandes amigos). Y uno de los modos que tiene Barney de añadir emoción en la existencia de su mejor amigo es jugar a “¿Conoces a Ted?”. El procedimiento es como sigue: Barney se aproxima a una chica distraída (invariablemente una atractiva desconocida), golpea ligeramente su hombro y le lanza la ya clásica pregunta “¿Conoces a Ted?”, a la cual generalmente responde con una negativa, momento en el que Barney hace las presentaciones, deja a su amigo con la joven en cuestión y desaparece.

Muy bien, volvamos a la noche de los hechos. Y, ahora, retrocedamos una noche más, para situarnos en casa de CyD, donde nos reunimos ellos, ElHombreDelPlan, MyJ y vuestro seguro servidor. Nos dedicamos a comer, beber y ver los primeros episodios de tal serie. CyD insistían en que yo les recordaba mucho (muchomuchomucho) a Barney, a lo cual yo añadí que si eso fuera cierto ElHombreDelPlan sería Ted. Al margen de parecidos, pensé que jugar a “¿Conoces a Ted?” con ElHombreDelPlan podría estar bien. Así que, tras poneros en situación, regresemos de nuevo a la noche de la que os estaba hablando al comienzo de este párrafo.

ElHombreDelPlan y MoroccoGirl avanzaban despreocupadamente, mientras Fungi y yo les seguíamos. Recordé a Barney. Recordé el juego. La ocasión parecía la adecuada. Pero no me convencía dejar colgado a un amigo, así que se lo comenté antes a Fungi. “Es una faena, la verdad”, me respondió ella; “pero tendría su gracia”, remató. De modo que ambos, Fungi y yo, desaparecimos alegremente, dejando a la parejita a su aire. Apagamos el móvil sólo para dar más verosimilitud a la historia (“mira que terminarse la batería justo en ese momento”), y hasta hoy ésa ha sido la historia oficial: nos perdimos.

A estas alturas de la película ya hemos explicado a los involucrados que fue todo fruto de improvisar sobre la marcha. Y, visto lo visto, deberíamos hacerlo más a menudo.

Lo cual me recuerda que debo añadir un mensaje para ElHombreDelPlan; si estás leyendo esto, nunca olvides lo que siempre dice tu padre:

“No te fíes ni de tu padre”.