martes, 2 de septiembre de 2008

¿Conoces a Ted?

Esta entrada es, en realidad, una corrección sobre otra escrita hace un par de meses (me refiero a ésta, así que si pulsas sobre este enlace sabrás a cuál me refiero exactamente).

En aquella ocasión no fui totalmente sincero. Lo cual no es más que otro modo de decir que omití la verdad, o al menos parte de ella. Fungi y yo no nos perdimos.

Llegó ese momento de la noche en que ElHombreDelPlan y MoroccoGirl (a quien no le gusta su nombre de guerra; se aceptan sugerencias) avanzaban unos cinco metros por delante de Fungi y yo. Llegó ese momento de la noche en que los tres tequilas y un número no bien recordado de cervezas se combinaron con la idea de aplicar el juego “¿Conoces a Ted?” en la vida real. Y, si alguien no conoce las reglas de este entretenimiento, que tenga paciencia y siga leyendo.

Existe una serie de televisión titulada “Cómo conocí a vuestra madre” (también mencionada en aquella entrada, por si no has usado el enlace de más arriba). En ella aparecen dos personajes llamados Ted y Barney. Ted no tiene novia, al menos en el momento en que comienza la serie, y Barney se entretiene introduciendo el caos en su vida (por supuesto, son grandes amigos). Y uno de los modos que tiene Barney de añadir emoción en la existencia de su mejor amigo es jugar a “¿Conoces a Ted?”. El procedimiento es como sigue: Barney se aproxima a una chica distraída (invariablemente una atractiva desconocida), golpea ligeramente su hombro y le lanza la ya clásica pregunta “¿Conoces a Ted?”, a la cual generalmente responde con una negativa, momento en el que Barney hace las presentaciones, deja a su amigo con la joven en cuestión y desaparece.

Muy bien, volvamos a la noche de los hechos. Y, ahora, retrocedamos una noche más, para situarnos en casa de CyD, donde nos reunimos ellos, ElHombreDelPlan, MyJ y vuestro seguro servidor. Nos dedicamos a comer, beber y ver los primeros episodios de tal serie. CyD insistían en que yo les recordaba mucho (muchomuchomucho) a Barney, a lo cual yo añadí que si eso fuera cierto ElHombreDelPlan sería Ted. Al margen de parecidos, pensé que jugar a “¿Conoces a Ted?” con ElHombreDelPlan podría estar bien. Así que, tras poneros en situación, regresemos de nuevo a la noche de la que os estaba hablando al comienzo de este párrafo.

ElHombreDelPlan y MoroccoGirl avanzaban despreocupadamente, mientras Fungi y yo les seguíamos. Recordé a Barney. Recordé el juego. La ocasión parecía la adecuada. Pero no me convencía dejar colgado a un amigo, así que se lo comenté antes a Fungi. “Es una faena, la verdad”, me respondió ella; “pero tendría su gracia”, remató. De modo que ambos, Fungi y yo, desaparecimos alegremente, dejando a la parejita a su aire. Apagamos el móvil sólo para dar más verosimilitud a la historia (“mira que terminarse la batería justo en ese momento”), y hasta hoy ésa ha sido la historia oficial: nos perdimos.

A estas alturas de la película ya hemos explicado a los involucrados que fue todo fruto de improvisar sobre la marcha. Y, visto lo visto, deberíamos hacerlo más a menudo.

Lo cual me recuerda que debo añadir un mensaje para ElHombreDelPlan; si estás leyendo esto, nunca olvides lo que siempre dice tu padre:

“No te fíes ni de tu padre”.