jueves, 24 de julio de 2008

Vive deprisa, muere joven...

Y deja un bonito cadáver.

Hay al menos tres cosas en esta frase atribuida a James Dean que no voy a poder hacer. Analicemos el texto:

“Vive deprisa”: hace dos días tendría que haber ido a una sesión de rehabilitación para que me explicaran cómo hacer ejercicios para tratar mis problemas de lumbares entre las vértebras L5 y S1 (es gracioso, nuestra columna se parece al catálogo de un concesionario de Citroën o Renault). Pero no pude porque estaba de trabajo hasta arriba; además, con la espalda como la tengo, tampoco es que pueda ir corriendo a ninguna parte. De modo que nada de vivir deprisa.

“Muere joven”: aquí tengo alguna esperanza, pero menos. Hace un mes escaso que he cumplido los treinta y cinco. Joven me siento, pero todo el mundo sabe que la edad es la que es. Ciertamente, en las noticias se empeñan en repetir casos de accidentes en que, y cito casi textualmente, “un joven de treinta y siete años ha muerto en una colisión con una hormigonera”, o algo por el estilo. Que lo siento por el pobre hombre, porque ha muerto y eso, pero a los treintañeros que le sobrevivimos nos da ánimos: si él con treinta y siete años es joven, los demás también. En cualquier caso, vamos a ser honestos: joven es antes de los treinta. Otra prueba no superada.

“Deja un bonito cadáver”: el lunes me hicieron de nuevo las pruebas de la alergia, y se confirma que hay dos o tres cosas que no me provocan reacción (las películas de animación de Dreamworks tampoco, porque sólo me aburren). Me afectan los perros y los gatos (lo cual está bien para cuando vayamos a un restaurante chino: si no notas cambios en mi piel, si no me hincho, es que posiblemente la ternera sí sea ternera), los caballos (que también es bueno, porque nunca había encontrado una excusa para no tener uno de mascota en el piso), las gramíneas, las arizónicas... Y estoy a la espera de que las dermatólogas (House y sus ángeles) me hagan las pruebas de contacto. El caso es que tengo montones de papeletas para que mi aspecto en el momento de mi muerte sea de todo menos “resultón”. Que nada de bonito cadáver, vamos.

Así que tendré que dedicarme a vivir tranquilamente, morir de viejito, y dejar un cadáver, si no bonito, sí interesante.

Irme sí, pero con estilo.

6 comentarios:

Aathos dijo...

Si vives deprisa no disfrutas de las cosas buenas que necesitan el tiempo que requiere disfrutarlas (sino que se lo digan a los Ents cuando tienen una conversación metafísica frente a unas copas de brebaje del suyo). Si mueres joven nunca tendrás la posibilidad de poner a prueba la sabiduría proporcionada por la experiencia (Si voy a Granada me pongo malito, ergo tengo alergia a la mala follá). Y la verdad es que, cuando muera, no creo que me importe mucho el aspecto que tenga... de hecho prefiero ser feo; ¿te imaginas que la única vez que ligases sólo por tu aspecto sería aquél en el que no pudieses culminar porque eres un fiambre?

Desde luego James Dean tendría sus razones para decir esas cosas... pero yo también tengo las mías para disentir de él.

Acido_Cinico dijo...

No conozco a nadie que no tenga problemas de espalda tras la treintena:
malas posturas y vida sedentaria, malos colchones, poca natación, carteras llenas de libros en la generación que no merecimos que adapataran el carrito de la compra de las madres para ir al cole nosotros, deporte intenso de muy joven -que luego es una putada porque te ha desgastado más deprisa las articulaciones aunque te haya dado más fondo-,taras genéticas...
quién coño no tiene problemas de espalda con todo eso rondando cual espada de damocles? hay alguien que no caiga en alguna de esas categorías?
Respecto a la alergia... mala suerte. Es así. La misma suerte que hace que tu vuelo no se estrelle o que sigas vivo tras conducir a diario -algo INCREIBLEMENTE arriesgado, pero minimizado por la prensa pagada por los constructores de automóbiles y las petroleras- te ha hecho corporalmente paranoico en grado A... tu cuerpo reacciona matando moscas a cañonazos a un montón de ataques imaginarios...
Habrá que esperar a que seamos seres de energía pura vagando por el espacio interestelar sin más preocupación que la metafísica o los agujeros negros...
Moraleja: Carpe Diem. Que te quiten lo bailao...

Acido_Cinico dijo...

Homer, escribe algo!!! que nos vamos a creer eso de que estás muy ocupado...

Tipo Deincógnito dijo...

"¿Quién es Homer? Yo soy Tipo Deincógnito".

A ver si encuentro el episodio en el que sale, es una de esas incursiones de los Simpson en el absurdo.

Tengo un par de entradas pendientes, pero me falta título para ambas: en cuanto las tenga las añado.

En cualquier caso, gracias por las peticiones (voy a acabar pensando que esto se lo lee alguien).

Acido_Cinico dijo...

qué va. En realidad estás hablando todo el rato contigo mismo...

"porque... somos la misma persona."
"Exacto... Otras veces te imaginas que me ves"

Tipo Deincógnito dijo...

De momento no hay peligro: mantengo a raya mi problema de insomnio, y aún no veo copias de copias de copias.