domingo, 22 de junio de 2008

Aquí se viene a morir

Esta mañana he acompañado a FAV y a su hijo de dos años al Parque de las Naciones. Teníamos pendiente desde hace tiempo quedar para ponernos al corriente de nuestras vidas, pero su paternidad y mis compromisos lo habían ido retrasando.

El caso es que nos hemos subido, ya en el parque, a un trenecito que recorre el recinto, mientras una grabación narra qué es lo que se ve a ambos lados de los vagones. FAV comenta entonces que, a la altura del barco pirata (un complejo de juegos y columpios para los pequeños), saltamos en marcha; que no pasa nada, que ya lo ha hecho otras veces; y que, aunque no está permitido, tampoco nos van a decir nada.

Por supuesto, salió mal.

El hijo de FAV murmuró con su vocecita de niño que el tren iba lento, y nos confiamos. FAV saltó por su lado, y pareció que no tuvo problemas, de modo que yo hice lo propio por el mío. Grave error. Resultado: caí de bruces, con las manos por delante, me despellejé las palmas, y proporcioné un resultón roto a la pernera izquierda de mis pantalones. Entonces el tren se paró, y pude oír perfectamente las críticas del resto de pasajeros. Creo que nos habrían linchado por nuestro atrevimiento, de no ser porque el tren continuó la marcha, y ellos no tuvieron el valor (ni la insensatez) de saltar como nosotros.

Así que me acerqué a FAV, a ver cómo logró él caer sin daño, y encima llevando a su hijo en brazos. La buena noticia es que el niño estaba bien, camino del tobogán del barco pirata. La mala es que FAV también había caído mal, y su pantalón también había sufrido. Entonces me explicó que, en realidad, había saltado del tren en otras ocasiones... pero no de este tren, sino del que hay en el Parque de Atracciones, y que había supuesto que sería igual. Vaya, pues no.

Comentando la jugada, él me dijo que pensaba que yo diría algo, y no saltaríamos; claro que yo pensaba que él, padre como es, diría algo y no saltaríamos. Pero como nadie dijo nada, saltamos. Al principio bien, sin mayores problemas, aparte de la sangre en mis manos, claro. Luego, el típico "pues parece que me duele la muñeca". Entonces, el clásico "ya que lo mencionas, a mí el tobillo me empieza a molestar".

En resumen: FAV tiene un esguince, y yo otra entrada para este blog.

6 comentarios:

Acido_Cinico dijo...

¿parque de las naciones? ni idea.
En cualquier caso, impresionante testimonio... deduzco que estás de baja? o vas a aporrear teclados con vendas y un amago de esguince?

Anónimo dijo...

La verdad es que me alegré cuando el médico me dijo que tenía un esguince. No sabes cómo me hubiera dolido la humillación si no lo tuviera. En serio, piénsalo: Un pantalón roto, una herida en la rodilla y la vergüenza de haber saltado con un niño en brazos bien valen un esguince. FAV

marijelo dijo...

Ay.... si es que ya no tenemos edad para hacer este tipo de cosas... ;)

Aunque Indiana Jones, con el doble de años (y un doble también), es capaz de saltar de un vehículo en marcha y ni sangre, ni raspón, ni esguince, ni roto en el pantalón

Aathos dijo...

FAV, gracias a Dios que tuviste un esguince, proque si el médico te llega a decir que es un desgarro....


(Lo siento, no pude evitarlo, je je je)

Acido_Cinico dijo...

Estaba a punto de escribir eso mismo, que es mucha amabilidad que comprobéis personalmente que hay que suspender muuchoooo la incredulidad al ver Indiana Jones...

Anónimo dijo...

Bueno, ya puse mi post en mi blog, para que además de cocer enriquezca.

http://papelitos.net/wp

(fáv)