lunes, 2 de junio de 2008

Morir, dormir: dormir, tal vez soñar

Llevo cerca de treinta y dos horas despierto. Antes era algo que me sucedía bastante a menudo, no poder dormir durante la noche y tener que enlazar directamente con la jornada siguiente. No se trata de mala conciencia, es sólo que no puedo evitar darles demasiadas vueltas a determinados asuntos... para no llegar a ninguna conclusión. ¿Qué puedo decir? Soy un teórico de la vida. Pero tiene efectos secundarios interesantes.

Por una parte, tu mente trabaja en modo de ahorro de energía; sí, el cuerpo está ahí, los ojos parpadean, y las conversaciones se abren paso hasta el cerebro, pero no parece que todo eso esté sirviendo para algo. Hasta que todas las piezas encajan, y tienes la solución al problema. Al final, tienes la sensación de que podrías haber pasado todo el día durmiendo, despertarte únicamente las tres o cuatro veces en que necesitaras solventar algo, y de nuevo a dejar reposar la máquina.

Pero la mejor consecuencia son las ideas. Las cosas raras que afloran al final de la vigilia. Las historias que pueden salir (que en otras ocasiones han salido) al dejar que sueño y realidad se entremezclen.

Espero recordarlas esta noche mientras duermo.

1 comentario:

Acido_Cinico dijo...

"Cuando tienes insomnio, todo parece la copia de una copia de una copia..."
Aprovecha y apunta todo lo que se te ocurra...